SIMONE MARTINI
Siena, Italia h. 1284 - Aviñón, Francia h. 1344
PoIíptico (Ángel anunciador, Anunciada, Camino al Calvario, Crucifixión, Descendimiento de la cruz, Sepelio de Cristo) (1335-37)
Ángel anunciador
Témpera sobre madera. 29,5 x 20,4 cm
Amberes, Musées Royaux des Beaux Arts
Anunciada
Témpera sobre madera. 29,5 x 20,5 cm
Amberes, Musées Royaux des Beaux Arts
Camino al Calvario
Témpera sobre madera. 29,5 x 20,5 cm
París, Musée du Louvre
Crucifixión
Abajo, en la cornisa, la inscripción "PINXIT"
Témpera sobre madera. 29,5 x 20,5 cm
Amberes, Musées Royaux des Beaux Arts
Descendimiento de la cruz
Abajo, en la cornisa, la inscripción "SYMON"
Témpera sobre madera. 29,6 x 20,4 cm
Amberes, Musées Royaux des Beaux Arts
Sepelio de Cristo
Témpera sobre madera. 23,5 x 16,5 cm
Berlín, Staatliche Museen
Los cuatro paneles, que hoy están en Amberes -publicados por Schnaase en 1864-, se incorporaron al museo en 1840, procedentes de la colección Van Ertborn; anteriormente, el coleccionista los había adquirido en Dijon, en 1926. De la Certosa de ChampmoI, en Dijon, procede también -de acuerdo a un inventario de 1791- el Camino al Calvario que hoy está en París, añadido al conjunto, en 1885, por Crowe y CavaIcaselle, que en el siglo XIX se trasladó desde la colección real de Luis Felipe a la del coleccionísta M.L. Saint-Denis para pasar luego (en 1834) a la del museo del Louvre; en cuanto al Sepelio, que hoy está en Berlín, fue publicado en 1899 por Gosche cuando aún era propiedad Pacully y, posteriormente (en 1901), fue adquirido por el museo. Sobre el panel del Louvre, el primero en la secuencia de la Pasión, podía leerse en tiempos la inscripción "HOC OPUS"; lógicamente, se ha deducido que, a continuación del "PINXIT" y del "SYMON" de los dos retablos de Amberes, el último panel con el Sepelio, que fue retocado en sus dimensiones y en su fondo, llevara originariamente escritas sobre el marco, hoy desaparecido, las palabras finales "DE SENIS".
Por otra parte, el Camino al Calvario de París conserva la originaria decoración de la parte posterior, con el escudo de armas de la familia Orsiní sobre fondo marmóreo.
Tanto Schubring, en 1902, como, recientemente, Van Ons (1972) y Brink (1976), tras un estudio más ii'íinucioso en este sentido, han planteado la posibilidad de que sodot los paneles formaran un altar portátil y plegable, de viaje: la secuencia de los cuatro episodios de la Pasión, firmados por el pintor, se podía ver con el altar abierto, mientras que con las bisagras cerradas se veía, a un lado, la Anunciación - Brink demostró que los dos paneles de la misma estaban originariamente pintados sobre la parte posterior de el Descendimiento y de la Crucifixión, respectivamente- y, al otro, los dos emblemas de los Orsini.
El que encargó este refinado objeto de devoción aparece en el Descendimiento vestido de obispo, rezando de rodillas ante la cruz, y la crítica -al margen de que al principio se le identificara con los cardenales Jacopo Stefaneschi o J acopo Colonna - coincide hoy en reconocer en este prelado de la casa Orsini al cardenal Napoleone, que murió en Aviñón en marzo de 1342 y cuyo retrato había pintado Simone en aquella corte pontificia. En cuanto a la fecha del políptico, las opiniones siguen siendo dispares; en la práctica ya ha sido planteada toda posible solución: se le ha situado en el momento más marcadamente "ducceso" y anterior a la Majestad del Palacio Público (Caleca, 1977), en 1320 (Peter, 1939; Pope Hennessy, 1939; Paccagnini, 1955; Brandl, 1985); en 1335-36 (Gosche, 1899; Gnudi, 1956; Gozzoli, 1970; De Benedictis, 1976 y 1979) Y en 1342; es decir, en los últimos años del pintor (Van Marle, 1920; De Rinaldis, 1936; Cecchi, 1948; Bologna, 1966; Brink, 1976 y 1977; Martindale, 1988). Sin embargo, hay una serie de datos históricos que, afortunadamente, permiten decantarse por la época de mediados de los treinta, y apoyar la hipótesis de que el pequeño políptico fuese encargado por Napoleone Orsini cuando Simone aún estaba en Siena; es decir, que fuera ideado e incluso concluido en esa ciudad, pasando luego -junto con el pintor- a Aviñón a manos del prelado autor del encargo, cuyos sucesores lo legarían después, a finales de siglo, a la Certosa de Dijon de Champmol.
En efecto, varios episodios de la Pasión nos remiten a otras obras sienesas que datan de la época de 1335 a 1340, como los esmaltes del relicario del Corporal de Orvieto (1337-38) o los frescos de la colegiata de San Gimignano y el panel con el Cristo que lleva la cruz de la Frick Collection de Nueva York, ambos realizados en ese período en el taller de la familia Memmi; todo ello demuestra que los artistas del círculo de Simone conocían sus innovaciones antes de su partida hacia Aviñón.
Por otra parte, el conocimiento de esas innovaciones por parte de los pintores franceses de fin de siglo (imitación de el Camino al Calvario en el folio del Louvre R.F. 2835, atribuido a Jacquemart de Hesdin) y el interés que inmediatamente suscitó en Aviñón el nuevo grafismo de la Anunciada (que se plasma en las cúspides del tríptico Cerzanai de Matteo Giovanetti) permiten creer que el políptico figurara en Provenza como una de las mayores aportaciones de Simone al ambiente cultural de la curia pontificia y, por tanto, a la Europa de las cortes.
Es formidable el clima psicológico de participación colectiva en los episodios de la Pasión que Simone logra en su pequeño ciclo, una innovación absoluta respecto del precedente" sacro" de la parte trasera de la Majestad de Duccio; se trata de una masa coloreadísima en la que destacan elementos de gran fuerza que, más tarde, sabrá utilizar con notables resultados Giovanetti, organizada de acuerdo con un movimiento colectivo en curva de gran elegancia y al tiempo de gran dinamismo, que puede prescindir incluso de la división entre los distintos paneles: la masa se curva y dobla, sale de la puerta de la ciudad para caer con la Virgen a los pies de la cruz; sube luego por la derecha, como un solo hombre, hacia el cuerpo abandonado del Cristo descendido, y vuelve a aparecer finalmente estática, a la derecha del Descendimiento para bajar luego y aplacarse, en torno del sepulcro, en el Sepelio.
Brink (1976) ha captado -en mi opinión acertadamente- en esta exposición de la Pasión de Cristo esa aproximación enfática y emotiva al sagrado episodio que es propia de Ubertino da Casale, mistico franciscano y capellán que, desde 1307, estuvo próximo a Napoleone Orsiní. En comparación con otras obras de Simone, este políptico revela muy bien su carácter transitorio: así, la Anunciación continúa las investigaciones rítmicas de ese retablo de 1333 que hoy está en los Uffizi cargando más las tintas y las líneas, con un dinamismo concreto que desaparece, en cambio, en los otros dos pequeños retablos del mismo tema, hoy en Washington y San Petersburgo; los personajes de la Historias de la Pasión - especialmente las parejas de muchachos o el joven que lleva la vasija de mirra en el Descendimiento- tienen aún una consistencia sólida y torneada al igual que los protagonístas de los milagros del Beato Agostino Novello; pero el espacio en que se sitúan, estrechísimo y escarpado, demuestra que el pintor ha abandonado ya la plausibilidad y racionalidad de ese espacio para centrarse únicamente en el ritmo de la narración.
Ángel anunciador |
Anunciada |
Camino al Calvario |
Crucifixión |
Descendimiento de la cruz |
Sepelio de Cristo |
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