martes, 13 de agosto de 2013

PIERO DELLA FRANCESCA, Natividad (h. 1470 - 1475)


PIERO DELLA FRANCESCA
Piero di Benedetto dei Franceschi; llamado también Pietro Borghese
Borgo del Santo Sepolcro, h. 1416 - 1492

Natividad (h. 1470 - 1475) 
Óleo sobre tabla. 125 x 123 cm 
National Gallery, Londres

No hay documentos ni referencias antiguas a esta pintura, que se menciona por primera vez en una anotación a Vasari, II, 448, como perteneciente al señor Marini Franceschi, descendiente del pintor, pero dejada en Florencia banjo la custodia del cavaliere Frescobaldi. Fue vendida en 1861 a Barker y adquirida por la Galería en 1874 en la almoneda de éste. Tanto la iconografía como la fuerte influencia flamenca sugieren una obra tardía. El Niño es tan del estilo de Hugo van der Goes, que podemos arriesgarnos a afirmar que no pudo pintarse hasta después de la llegada a Urbino del condiscípulo de Hugo, Justo de Gante, que tuvo lugar después de 1468. El paisaje es, también, de un estilo flamenco que no aparece en el arte italiano antes de esa fecha. Los tipos no son muy diferentes de los del retablo de Brera, de 1472-5, aunque mucho más delicados en el tratamiento. Obra pintada claramente por el propio Piero. La diferencia en el tratamiento entre esta pintura y las otras obras tardías incrementa el misterio del estilo final de Piero y podría usarse como prueba de que los retablos de Milán y Perusa fueron enteramente obras de discípulos, si no fuera por los documentos referentes al políptico de San Agostino. 
La Natividad siempre se ha considerado inacabada, pero una reciente restauración que ha permitido un examen más profundo prueba que no es así. Las partes sin terminar (es decir, las cabezas y cuerpos de los pastores) fueron raspadas por un primitivo restaurador que probablemente trataba de quitar algún repinte antiguo. En ciertos sitios profundizó hasta el dibujo y la imprimación originales de Piero, pero han quedado suficientes fragmentos pequeños de pintura como para ver que antaño las cabezas estuvieron terminadas. En ninguna parte están pintadas como en un boceto, lo que se ve claramente en los pies y manos de José, cuyas partes conservadas están perfectamente acabadas, aunque en otros lugares el restaurador ha raspado hasta llegar al dibujo. La evidencia de un tratamiento tan drástico nos lleva a suponer que el resto de la pintura ha sido limpiada a fondo y, de hecho, tanto cabezas como paños han perdido el satinado. El asno que rebuzna, que fue tenuemente pintado alla prima, es ahora casi transparente. Como es habitual en Piero, hay numerosas alteraciones, por ejemplo la frente de San José, la mano del pastor de la derecha, etcétera. Bajo el pastor que señala hay trazas de un desnudo, esbozado apenas, como una indicación de estructura.

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